Hoy despedimos con profunda tristeza, pero también con una gratitud inmensa, al Santo Padre Francisco, el primer Papa latinoamericano, un hombre que, con su vida, su palabra y su testimonio, tocó los corazones del mundo entero.
Desde el Instituto Superior Espíritu Santo queremos rendir homenaje a su figura y renovar públicamente nuestro compromiso con la comunidad, asumiendo el desafío de seguir formando personas integrales, a la luz de las enseñanzas que él nos dejó.
Una vida marcada por la sencillez y el amor por los demás
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, en el seno de una familia de inmigrantes piamonteses. Su trayectoria lo llevó de los pasillos del colegio técnico y los laboratorios de química, al seminario de Villa Devoto y finalmente a la Compañía de Jesús. Fue maestro, rector, confesor, obispo y cardenal. Pero siempre, ante todo, fue pastor.
Durante sus años como arzobispo de Buenos Aires, caminó las calles, se subió a los colectivos, y visitó cada rincón de su diócesis. Eligió vivir en un modesto apartamento y cocinarse él mismo, como testimonio de que su vocación no era de poder, sino de servicio. “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”, solía decir. Esa coherencia entre lo que pensaba, decía y hacía, lo convirtió en una figura profundamente respetada, incluso entre quienes no compartían su fe.
En 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido Sumo Pontífice. Adoptó el nombre de Francisco, en honor al santo de Asís, y con él, una misión clara: construir una Iglesia cercana, abierta, misionera y misericordiosa.
Un legado que inspira nuestra tarea cotidiana
El Papa Francisco nos habló con gestos, con palabras y con silencios. Nos enseñó que la justicia social no es un ideal lejano, sino un llamado urgente a transformar nuestras realidades. Nos invitó a abrir las puertas, a salir al encuentro del otro, a educar con ternura, firmeza y esperanza.
Sus exhortaciones apostólicas como Evangelii Gaudium, Laudato Si’ y Fratelli Tutti marcaron una época y colocaron en el centro de la conversación mundial temas fundamentales como la fraternidad, el cuidado de la casa común y la dignidad de toda persona.
En nuestro rol como institución educativa, estas enseñanzas no son teoría: son horizonte y guía. Porque creemos, como él, que “pisotear la dignidad de una persona es pecado grave”, y que educar es mucho más que transmitir conocimientos: es formar corazones sensibles, mentes críticas y espíritus comprometidos con el bien común.
Honrar su memoria es educar con sentido
Hoy el ISES despide al Papa Francisco con el corazón dolido, pero también con la certeza de que su paso por este mundo dejó una huella imborrable. Nos queda su palabra, su ejemplo, su sonrisa humilde y su incansable llamado a ser Iglesia en salida.
Por eso, elegimos honrar su memoria reafirmando nuestro compromiso con una educación humanista, inclusiva, innovadora y profundamente cristiana.
Que su legado nos siga inspirando en cada aula, en cada proyecto, en cada encuentro con nuestros estudiantes.
Que su vida siga siendo faro para quienes creemos que otro mundo es posible, si lo construimos desde el amor, el respeto y la verdad.
🕊️ Gracias, Papa Francisco. Desde Misiones, desde nuestro ISES, te despedimos con gratitud, fe y esperanza.
