El escenario de una tarde calurosa, marcando el inicio de un evento anual inolvidable en el Instituto Superior Espíritu Santo. Más de quince trayectos de formación profesional se unieron en una celebración única, donde la diversidad de habilidades se entrelazó de conocimientos que abarcan desde gastronomía y salud hasta informática, indumentaria, artes y estética.

La ceremonia, marcada por la emotividad, dio inicio con palabras alusivas de directivos, docentes y, por supuesto, los protagonistas principales: los egresados. Las aulas, como cada año, convertidas en auténticos espacios de aprendizaje compartido, fueron las cunas de innovación, donde la tecnología y la creatividad fueron los pilares que impulsaron a muchos de los estudiantes hacia la concreción de sus cursos.
Con cada diploma entregado, se tejieron historias de emprendedurismo y resiliencia. Los egresados, ahora poseedores de conocimientos profundos en sus respectivas disciplinas, llevarán consigo el estandarte del ISES, una institución que no solo les brindó conocimientos técnicos, sino también fomentó el espíritu emprendedor y la capacidad de adaptarse a un mundo en constante evolución.
El SUM resonó con aplausos y felicitaciones, no solo por los logros académicos, sino también por la construcción de sólidos lazos de compañerismo. Las aulas no solo fueron espacios de estudio, sino también de colaboración y apoyo mutuo, forjando relaciones que perdurarán mucho más allá de las aulas del ISES.
Los egresados del ISES son ahora protagonistas de sus propios destinos, listos para hacer frente a los desafíos del mundo laboral con las herramientas que la institución les proporcionó. Esta noche quedará grabada en sus memorias como el punto de partida hacia un futuro lleno de éxitos y contribuciones significativas a la sociedad.













































































































